El Mal de Altura

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EL MAL DE ALTURA

Llamamos mal de altura a las reacciones fisiológicas del cuerpo humano que ocurren como resultado de la baja concentración de oxígeno en las alturas. A mayor altura, menor concentración de oxígeno. El Mal de Alturas Agudo comienza cuando el cuerpo no puede aclimatarse a medida que ascendemos. Esto ocurre cuando ascendemos muy rápido o pasamos del nivel del mar a las alturas de un día a otro y nuestro cuerpo no recibe la cantidad de oxígeno que necesita o a la que está acostumbrado. Incluso los mejores atletas de resistencia saben que tienen que llegar al lugar donde se llevará a cabo una competencia unos días antes para aclimatarse a la altura.

Los Síntomas del Mal de Altura Incluyen:
● Dolor de cabeza
● Fatiga (cansancio físico)
● Trastornos del sueño
● Nausea y vómitos
● Problemas digestivos
● Agitación
● Vértigo
Cualquiera que viaje a grandes elevaciones puede padecer del Mal de Altura Agudo. Tiene que ver principalmente con la genética del individuo y qué tan rápido llega a las elevaciones. No importa la edad, sexo, condición física o cuántas veces se haya visitado el área. Algunas personas se aclimatan rápidamente y no tiene problemas, mientras que otras se aclimatan lentamente y se sienten mal por varios días, otras incluso padecen síntomas más serios a medida que pasa el tiempo. No se puede predecir quienes padecerán del mal de altura.
QUE ES ACLIMATACION?
La causa principal del mal de altura es subir muy alto, muy rápido. Viajar en avión a destinos elevados no le permite al cuerpo aclimatarse. Con el tiempo, tu cuerpo se adapta a la menor concentración de oxígeno a una altura específica. El proceso se conoce como aclimatación y generalmente toma entre uno y tres días a una altura especifica. Por ejemplo, si viajas del nivel del mar a una elevación de 5,000(1.667m) pies y pasas varios días a esa altura, tu cuerpo se aclimatará a la concentración de oxígeno a 5,000(1.667m) pies. Si subes posteriormente a 10,000(3.334m) pies, tu cuerpo tiene que aclimatarse nuevamente.
Tu cuerpo tiene que pasar por varios cambios para poder funcionar con la menor cantidad de oxígeno disponible en los lugares elevados:
● Respiras más rápido y profundo
● Te falta el aire si haces algún esfuerzo
● Cambia tu patrón de respiración al dormir
● Te despiertas con frecuencia durante la noche
● Aumenta tu hematocrito debido a un aumento en la producción de glóbulos rojos
● Aumenta la cantidad de orina
● El cuerpo aumenta la producción de una enzima que estimula la liberación de oxígeno de la hemoglobina
● Todos estos cambios son una respuesta normal a la menor concentración de oxígeno atmosférico
CONSEJOS PARA PREVENIR EL MAL DE ALTURA
Una de las mejores formas de prevenir el mal de altura es subir gradualmente en un periodo de varios días. Para la mayor parte de los viajeros que tienen una apretada agenda o para aquellos que viajan en avión a su destino, esto puede ser difícil.
1. Toma muchos líquidos con frecuencia para prevenir la deshidratación (3–4 cuartos de galón diariamente)
2. Limita tu actividad física durante los primeros días
3. Come pequeñas cantidades de carbohidratos con frecuencia
4. Evita el tabaco y el alcohol y cualquier otro tipo de drogas depresoras incluyendo barbitúricos, tranquilizantes y pastillas para dormir. Este tipo de drogas disminuye aún más el impulso respiratorio durante el sueño lo que empeora los síntomas.
5. Si estás esquiando, considera pasar más tiempo a mediana altura para darle a tu cuerpo más tiempo para aclimatarse.
6. La depresión respiratoria (la disminución de la respiración) puede ser producida por algunos medicamentos y puede ser un grave problema si estás a gran altura. Evita las pastillas para dormir y medicamentos narcóticos para el dolor.
¿TENGO MAL DE ALTURA? ¿QUÉ ORIGINA EL MAL DE ALTURA?
Simplificándolo, podemos definir la presión atmosférica como el peso de una columna de aire sobre una superficie. Esta presión viene originada por el peso de los gases que la constituyen y que se comprimen bajo su propio peso. Los gases de la parte inferior de esa columna soportan más peso que los que están arriba, y por tanto están más comprimidos, mientras que los de la parte superior soportan menos presión, y se mueven con más libertad. Una característica de los gases es que sus moléculas tienden a ocupar el espacio que las contiene. Dicho de otra manera: las moléculas están más apretadas, más juntas, en la parte inferior (mayor presión), mientras que en la parte superior, es decir, a mayor altura, se mueven con más libertad, ocupando más espacio (menor presión).
Como referencia se considera presión normal la que hay a nivel del mar y es a la que nuestro organismo está mejor adaptado, ya que con ella nacemos y vivimos la mayoría de las personas.
En cada inspiración, a nivel del mar, introducimos en nuestro cuerpo una cantidad determinada de gases (fundamentalmente oxígeno), mientras que en altura esa misma inspiración nos hará absorber menos gases, y por tanto menos oxígeno. Aquí radica el problema.
A medida que ascendemos la presión disminuye y nuestro organismo necesita aclimatarse, que no es otra cosa que adaptarse a la nueva situación, y esa adaptación necesita tiempo. No pasa así en el caso de los aviones porque sus cabinas van presurizadas, es decir, que mantienen una presión próxima a la que tenemos al nivel del mar.
Hay personas que se adaptan mejor a la nueva situación, mientras que otras suelen requerir más tiempo, o no lo consiguen. Lo normal es que entre las personas que viajan a grandes alturas, entre un 20% y un 40% presenten síntomas de mal de altura.
Para que tengan una idea:
2.840 metros tenemos un 71% del oxígeno que habría a nivel del mar.
a 3.440 metros bajaría a un 66%.
a 4.280 metros desciende a 59%.
Sobre los 5.000 metros tendremos aproximadamente la mitad, es decir un 50%.
Podemos resumir diciendo que el mal de altura es la consecuencia de la disminución de oxígeno en el aire que respiramos.
PORCENTAJE DE OXIGENO EN RELACION
A LA ALTURA EN METROS.
Altura en msnm. OXÍGENO
8.850 m. 33%
8.000 m. 36%
7.000 m. 41%
6.000 m. 47%
5.500 m. 50%
5.200 m. 52%
5.000 m. 53%
4.500 m. 57%
4.000 m. 60%
3.500 m. 64%
3.000 m. 68%
2.500 m. 73%
1.000 m. 88%
Nivel mar 100%
UNA BUENA ACLIMATACIÓN NOS LLEVARÁ AL ÉXITO
Hemos visto que los problemas de la altura están relacionados con la cantidad decreciente de oxígeno. Estos problemas suelen empezar, en la mayoría de las personas, por encima de los 3.000 metros, y será a partir de los 3.500 metros cuando habrá que estar más atentos. El mal de altura por si solo no entraña peligro de muerte, pero puede conducir a ella si no estamos atentos a las reacciones de nuestro propio cuerpo.
Debemos tener presente que, a partir de los 5.000 metros, no es posible la vida de una manera continuada, por tiempo indefinido, debido a que la cantidad de oxígeno es tan pequeña que los procesos metabólicos tienden a ser menos eficaces y pierden rendimiento. Se pierde peso (grasa y masa muscular) y apetito, y es por ello que debemos permanecer a estas alturas el mínimo tiempo necesario para cumplir nuestros objetivos. Hoy en día los alpinistas tienden a realizar ascensiones lo más rápidas posibles.
Dado que el cuerpo necesita aclimatarse a una nueva situación, con menor oxígeno, debemos tener presentes varios aspectos:
  • Velocidad de ascenso
  • Salud en general
  • Alimentación
Pautas de aclimatación:
La velocidad de ascenso debe ser lo menor posible, para ir dando tiempo a nuestro organismo para irse aclimatando. Es frecuente ver en la montaña a personas que, recién descendidas del avión (ya por encima de los 2.500 metros) vienen llenas de energía y salen toda velocidad. Comienzan así las bases de una mala aclimatación.
Cuando en la montaña subimos una gran altura en avión o helicóptero, será conveniente un periodo de unas 24 horas de adaptación a la nueva altura. No debemos perder de vista que los síntomas de mal de altura pueden tardar en presentarse varias horas y si hemos comenzado el ascenso la situación habrá empeorado.
Las pautas de aclimatación suponen no ascender diariamente más de 400 metros diarios, a partir de los 3.500 metros.
Se pueden planificar jornadas de descanso, durmiendo dos noches seguidas a la misma altura, aunque durante el día ascendamos.
Es importante tener presente que los síntomas leves desaparecen deteniendo la ascensión y dando tiempo al cuerpo a aclimatarse, pero los síntomas fuertes necesitan de un descenso inmediato.
Lógicamente cuando mejor sea nuestra forma física y nuestro estado general de salud, menos problemas deberemos tener.
Es recomendable, en el entrenamiento previo, tener presente dos cosas:
La primera sería realizar series de ejercicios anaeróbicos.
La segunda realizar un entrenamiento progresivo.
El entrenamiento progresivo tiende a ir adaptando a nuestro organismo a un esfuerzo cada vez mayor. Para que no entendamos; en lugar de correr diez kilómetros diarios, es mejor correr un día cinco y luego ir aumentando progresivamente la distancia hasta alcanzar, el día de llegar a la montaña, los diez diarios.
La atención a la alimentación debe ser preferente. Desde el primer momento deberemos imponernos, aunque no tengamos ganas, la disciplina de beber mucho y vigilar que la orina sea abundante y poco cargada (lo contrario indicaría retención de líquidos). En lo que respecta a la dieta alimenticia debe ser hiperglucémica, es decir rica en azúcares y féculas (pastas, arroces, patatas,…). Hasta un 70% de la dieta deberán ser hidratos de carbono. Esto os resulta muy fácil ya que en la montaña, en Nepal, es la alimentación de que disponen los nativos.
En la alta montaña es necesario evitar el ejercicio extenuante. Además es necesario protegerse muy bien de la radiación solar, con cremas de protección total y sombrero, preferiblemente de ala ancha, u otro sistema que nos tape la nuca.
Evitar la ingesta de alcohol, cafeína, exceso de sal y proteína.
Las poblaciones autóctonas suelen usar con mucha frecuencia el ajo. Observaréis que prácticamente en todas partes hay pequeñas plantaciones. Ellos lo utilizan para el dolor de cabeza, ya mi siempre me ha dado buen resultado incluir en mis dietas platos que contengan ajo: pastas con ajo, sopas de pasta y ajo, etc.
Hay que llevar una buena preparación física y tomarse las cosas con calma, sin agotarse, bebiendo mucha agua e ingiriendo muchos hidratos de carbono, y no superando un ascenso de 400 metros por día.
SÍNTOMAS DEL MAL DE ALTURA
Saber identificarlos ayuda a controlar el problema
El mal de altura, nombre con que vulgarmente se generalizan los efectos de la falta de oxígeno sobre nuestro organismo, puede revestir tres formas típicas:
Mal de altura (MA)
Edema pulmonar (EP)
Edema cerebral (EC)
Debemos prestar atención a los síntomas y no disculparnos, o justificarlos, como consecuencia de un cansancio. El mal de altura se puede presentar de manera imprevisible, especialmente si no se cumplen las pautas anteriormente indicadas, y no significa que uno sea más o menos que los demás. Tenerlo presente ya que algunas veces en el origen de un desastre está el amor propio, mal entendido.
El mal de altura, o MA
Suele iniciarse con dolor de cabeza. Este dolor de cabeza es generalmente occipital, bilateral, y aumenta al inclinarse o acostarse. Se tiene mayor sensibilidad a los ruidos y a la luz, y se calma con los analgésicos menores. A este síntoma suelen acompañarle otros:
Cansancio y debilidad.
Cierto aturdimiento.
Náuseas, o vómitos.
Insomnio o dificultad para conciliar el sueño.
Pérdida de apetito.
Rostro azulado o amoratado, así como labios y lengua (cianosis).
Cansancio y fatiga extrema.
Puede cursar una fiebre ligera de hasta 38,5º, y/o sensación de frío interior, o dolor de pecho.
Somnolencia, dificultad en despertar, coma.
NOTA: La tasa normal de respiración correspondiente a una buena aclimatación, a 6.000 metros, es de 20 inhalaciones por minuto.
En todos los casos, para prevenir cualquiera de los males originados por la altura debemos prestar especial atención a:
Aumento de la frecuencia respiratoria, a más de 24 por minuto, en reposo (intento del cuerpo de suplir la necesidad de oxígeno).
Orinar menos de 800ml/24 horas (los líquidos son retenidos para aumentar el volumen sanguíneo y contrarrestar así la mayor concentración de glóbulos rojos)
Aumento de peso (supondría retención de líquidos, cuando lo normal en altura es perder peso)
Taquicardia de reposo, o braquicardis excesiva (un desajuste excesivo es un signo de inadaptación cardiovascular).
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